Experiencias en primera persona

11 Hombres en El Cachorro-Amante Laffont (15/6/2016)

 
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11 Hombres en El Cachorro-Amante Laffont (15/6/2016)
de Patricia García Roldán - miércoles, 22 de junio de 2016, 13:39
 

Del portal de la Consejería de Salud:

La Consejería de Salud ha puesto en marcha los primeros Grupos Socioeducativos de Atención Primaria (GRUSE) dirigidos a hombres en los centros de salud El Cachorro y Amante Laffont en el barrio de Triana de la capital sevillana. Esta iniciativa, que estaba dirigida hasta ahora a mujeres, es la primera vez que se realiza en la provincia de Sevilla para hombres. Con ella, se potencia tanto habilidades personales como grupales con el fin de afrontar de forma saludable las dificultades de la vida cotidiana.

A través de esta intervención socioeducativa grupal basada en el desarrollo de activos en salud, que comenzó el 31 de marzo y tendrá una duración mínima de diez sesiones, 14 hombres podrán adquirir habilidades personales y recursos comunitarios para afrontar de forma saludable las dificultades que la vida les presenta y prevenir problemas de salud mental. La selección de participantes se ha realizado a través de la trabajadora social de estos centros, María Rodríguez, que ha entrevistado a 17 candidatos que en su mayoría habían sido derivados por médicos de los dos centros de salud.

Otra visita al médico de cabecera, últimamente estaba visitando a mi doctora con demasiada frecuencia, un montón de achaques encadenados no me dejaban levantar cabeza, cada vez más afectado psicológicamente, más hundido moralmente y más solo a pesar de mi familia, no tenía ganas de nada, no tenía ganas de buscar trabajo, ni siquiera de cambiar la situación, empezaba a tener malos pensamientos, mandarlo todo a tomar por culo y tirarme a la calle a dejar pasar los días con un tetra brik de tinto...para no pensar...

En una de esas visitas a mi doctora Juana, sin haber mediado palabra alguna de mi estado de ánimo, ni haberle pedido ayuda de ningún tipo, me comentó que había un proyecto de unas reuniones que se iban a celebrar en el ambulatorio del Cachorro, que lo llevaba una trabajadora social, una tal María, como dice la canción, y que por qué no me apuntaba, que quizás me vendría bien, le pregunté de qué iba el tema y me dijo que allí me lo dirían.

A los pocos días recibí una llamada a casa, en la que María me citaba a una entrevista previa para el tema de la reunión de grupo que mi doctora me había comentado, acudí a la cita.

¡Coño mal empezamos!, llegué unos minutos antes, como es mi costumbre, y llevaba sentado en la puerta de su despacho más de una hora, no me fui por el cariño que le tengo a mi doctora de cabecera.

Por fin salió un señor y aproveché la coyuntura para preguntar, dentro del despacho había una señorita, era María la trabajadora social, aunque yo aún no lo sabía, me recriminó porque no había llamado a la puerta, buena señora en la puerta hay un cartel donde figura el nombre de dos señoras y la voz que estaba escuchando desde fuera, era la de un caballero, uno es educado sabe usted.

En fin, la cosa seguía empeorando, comenzó un interrogatorio que ya quisieran los del mossad o los de la gestapo, y un compromiso de asistencia hasta el último día de las reuniones...

¡Coño que seriedad!...pero de enterarme de qué iba aquello...¡na de nada!

Me había dado un papelito manuscrito apuntándome la fecha de comienzo el 31 de marzo de 2016, la hora de la asistencia, las 11.30 y la de salida las 13 h, ¡y el lugar!, el lugar otro mosqueo, 1ª planta sala maternal...en fin, allí estaremos...sea por mi doctora.

Cuando llegué, como de costumbre, unos minutos antes, vi en el pasillo de acceso un grupo de señores muy diferentes entre sí, pero con algo en común, la expresión seria y el ceño fruncido, qué malas caras por Dios, qué hago yo aquí, yo no estoy tan mal...eso deberíamos de pensar todos, mientras cruzábamos miradas de recelo y extrañeza.

Entonces salió una señorita y nos dijo que fuéramos entrando, nos dieron a cada uno una cuartilla de papel con una cuerda atada para que escribiéramos nuestro nombre y nos lo colgáramos al cuello, a mí me vino a la cabeza la marca amarilla numerada que llevan loc cochinos en la oreja. Uno es así, qué le vamos a hacer.

Y me tocó la terrible pregunta ¿por qué está usted aquí?:

- La verdad, no lo sé, me manda mi doctora de cabecera.

Al fondo de la sala había una pareja sentada que, aunque los veíamos, no estaban, eran gastadores de bolígrafo compulsivos.

Poco a poco, reunión a reunión, las personas fuimos relajándonos, ya no parecían gladiadores romanos, ahora me parecía que los conocía de toda la vida.

¡Coño, estaban hasta guapos los tíos!.

Hoy, tras varias semanas de reuniones, se termina el tema, y noto que nos da hasta pena, este tema engancha, he visto como mis compañeros han cambiado radicalmente de actitud, cómo sonríen, participan y cómo hemos mejorado el ánimo, y lo que hemos aprendido...de la vida, de la salud, de la mente, de los roles sociales...

No, si al final iba a ser cierto:

11 hombres podrán adquirir habilidades personales y recursos comunitarios para afrontar de forma saludable las dificultades que la visa les presenta y prevenir problemas de salud mental.

P.D.: digo yo, que le podían haber puesto otro nombrecito...GRUSE, por Dios...

Gracias María Rodríguez

Paco Martos, 15 de junio de 2016.